El mejor trabajo del mundo: Cabo Verde, Africa

La Isla de Fogo se formó hace decenas de miles de años, por la fuerza de un volcán que le dio su nombre a la Isla. Desde su más reciente gran erupción, hace unas décadas, todo había estado en calma.

A finales del 2014, el volcán hizo erupción de nuevo, y la lava destruyó todo lo que no pudo ser evacuado: viñedos, casas, fincas, corrales y…animales…ganado vacuno, cabras, aves de corral y…mascotas.

Nuestro equipo voló justo antes de la Navidad desde Portugal a Praia, la capital, y de ahí seguimos el viaje hacia Fogo en barco, en una de las peores travesías que hayamos tenido en todas nuestra vidas.

Max

Cuando el equipo de Protección Animal Mundial llegó a la isla, encontramos gente amable y optimista, tratando de sobrevivir con sus animales, desalojados por la lava. Al acercarnos a las zonas límites donde la lava estaba aún muy caliente, encontré debajo de un árbol a un perro abandonado que parecía viejo, cansado y enfermo.

A pesar de que por razones de seguridad debíamos entrar y salir rápidamente de la zona, tratamos de ayudarlo. Lo encontramos lleno de mordeduras y muy flaco, tratamos sus numerosas heridas, él no protestó ni un poquito, y le dimos carne y agua, que aceptó de muy buena manera, hasta el punto que tuve que racionar su comida para no provocar un problema mayor.

Al indagar con la gente nos enteramos que se llamaba “Max”, y que había sido expulsado de su hogar por la lava y había sido atacado después por un grupo de perros. En un principio no sabíamos si Max era agresivo o amigable, pero resultó tener sólo 3 años y no era tan bravo como se veía, no movió la cola al vernos a causa del dolor que le ocasionaba. 

Luego nos dimos a la tarea de encontrar a su dueño, que había evacuado intempestivamente con sus demás animales a otro lugar tan lejos del volcán como fuera posible en esta pequeña isla.

Dos días después de hallar a un maltrecho Max en aquel paraje aislado, la lava cubrió la única vía de acceso para vehículos que quedaba…  Parece que Max es, al fin y al cabo, un can con suerte…

Sequía 

Como si la reciente erupción volcánica fuera poco, la isla de Fogo sufre además una insidiosa sequía que hizo las cosas muy pero muy difíciles para los animales sobrevivientes que tuvieron que pasar de fértiles y frescos pastizales lleno

s de agua, hacia zonas semi desérticas, calientes y desprovistas de vegetación, en un santiamén. La mayoría de los animales de granja

se veían delgados, algunos desnutridos y todos con hambre y 

afectados por el intenso calor.

Nuestro trabajo con los animales de granja nos llevó a ver cientos de cabras, incluyendo una recién

nacida a quien nombraron “Serguiña”, en honor al Dr. Sergio Vasquez, nuestro veterinario que la trató en su primer día de vida, dado que su mamá estaba enferma con mastitis y no podía darle de mamar.  

Además de los animales que nuestro equipo veterinario pudo tratar directamente en el campo, donamos un importante cargamento de multivitaminas, antibióticos y otros

medicamentos para los servicios veterinarios de la isla, y calculados para atender a todos los necesitados. 

¿Qué pasó después?

A finales de marzo 2015, otro equipo de Protección Animal Mundial, integrado por Cinthya de América y Judy de Africa, viajó de nuevo hasta

la isla de Fogo para monitorear y evaluar el estado físico y la salud de los animales, así como la correcta distribución de nuestra donación, y sabemos que las medicinas fueron utilizadas y el alimento está llegando.

Nuestras colegas encontraron a Max de muy buen humor, en buena condición física y salud, así como a todos los demás 

miles de animales de esta historia. 

Aunque la lava paró, la ceniza sigue ahí, y se levanta en el aire como polvo fino y peligroso cada vez que las personas o sus animales se mueven, irritando ojos, narices y bocas. Sigue haciendo muchísimo calor y sigue árido, tanto así que los animales se refugian del sol bajo lo que pueden.

Para mitigar el reto a largo plazo de la sequía, planeamos seguir trabajando con las buenas gentes del Ministerio de Agricultura

de Cabo Verde. El gobierno acaba de asignar a una joven veterinaria más para la isla, el volcán cesó su actividad, y

según el Instituto Vulcanológico de Canarias, lo hizo para

otro buen rato. Todo parece estar mejorando en la isla, y los dueños de los animales se mostraron felices y agradecidos

con la ayuda y apoyo, al igual que el gobierno del país lo hizo.

Nada de esto sería siquiera posible sin el decidido apoyo de nuestros seguidores. A ellos, Max, Seghiña y los demás

animales de la isla, así como sus dueño(a)s les envían a

ellos un muy sentido “Obrigado”, así como sus mejores saludos!