
Finanzas sostenibles
El dinero juega un papel clave en el impulso de las granjas industriales, que representan una gran amenaza para los animales, las personas y nuestro planeta.
El dinero juega un papel clave en el impulso de las granjas industriales, que representan una gran amenaza para los animales, las personas y nuestro planeta.
Para lograr el fin de este sistema destructivo, debemos cambiar el rumbo poniendo fin/deteniendo/cortando el financiamiento para los sistemas de producción intensiva, conocidos como granjas industriales, y permitiendo más inversiones en proteínas sostenibles y humanitarias. Ha llegado el momento de cambiar el sistema. Para siempre.
El papel del dinero en nuestros sistemas alimentarios
El sistema alimentario en el que vivimos está en crisis. Hay una demanda cada vez mayor de carne barata que se produce en las granjas industriales. La disponibilidad de carne barata a su vez alimenta la demanda y se crea un círculo vicioso, todo impulsado por el dinero.
Para formar esta cadena de oferta y demanda multimillonaria, el dinero es la clave. Los bancos y los inversores deciden la asignación de recursos, que suele estar impulsada por el máximo beneficio. Esto lleva a que se construyan más granjas industriales y se críen más animales de granja al costo más bajo posible para satisfacer las demandas de consumo.
Para hacer un cambio sistemático, debemos intervenir en este flujo financiero y permitir más inversiones en proteínas humanas y sostenibles.
Jugadores clave
Las instituciones financieras privadas y los bancos de desarrollo continúan financiando esta industria destructiva. Estamos trabajando para comprometernos con estos dos actores clave para lograr cambios en nuestros sistemas alimentarios.
Bancos de desarrollo
Los bancos de desarrollo son financiados por los gobiernos y se supone que deben promover el crecimiento sostenible, los derechos humanos, reducir la pobreza y la desigualdad y mejorar la calidad de vida. Sin embargo, durante décadas han inyectado dinero en la exportación de sistemas de producción intensiva en todo el mundo. Hacemos un llamado a los bancos de desarrollo para que dejen de financiar sistemas de producción intensivos. En cambio, deberían apoyar y ayudar a expandir proyectos agrícolas verdaderamente sostenibles con un enfoque en proteínas de origen vegetal y alto bienestar animal, que tengan en cuenta las necesidades de los animales, las comunidades locales y el medio ambiente.
Instituciones financieras privadas
Instituciones financieras privadas como bancos, fondos de pensiones y compañías de seguros tienen billones de dólares atados a empresas vinculadas a sistemas de producción intensiva, como productores de animales, empresas de piensos, supermercados y restaurantes. Durante demasiado tiempo, se han centrado en las ganancias a corto plazo, sin pensar en el bienestar de los animales ni en los impactos a largo plazo de las granjas industriales. Esto significa que nuestro dinero, nuestras pensiones, nuestras primas de seguros y nuestros depósitos bancarios, probablemente estén financiando las granjas industriales. Las instituciones financieras tienen mucho poder; es por eso que les pedimos que desarrollen políticas sólidas de bienestar animal y utilicen su influencia para involucrar a las empresas para mejorar sus prácticas
Llamando al cambio

Queremos que estas instituciones financieras reconozcan los impactos negativos en los animales, las personas y nuestro planeta generados por los sistemas de producción intensiva.
Es hora de usar su poder para cambiar la forma en que funciona el mundo. Esto significa presionar a las empresas para que mejoren sus prácticas; la introducción de criterios de bienestar animal, ambientales y de crisis climática que reducirán la inversión en granjas industriales; e invertir más en producción de proteínas humanas y sostenibles.
Creemos que una financiación más justa es beneficiosa para el bienestar animal y un futuro más sostenible, lo que también puede reforzar las economías de escala y la competitividad del mercado de las empresas a largo plazo.