Un perro callejero descansa en las gradas de una vivienda en Indonesia

Tú podrías ser la causa de que un perro viva en la calle

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Tan pronto llegó a su nueva casa, Yeka se aisló en una esquina por varios días, temblando y asustándose cada vez que se le acercaba un extraño.

Antes de ser adoptada por su familia actual, Yeka, una perra mestiza, fue abandonada por su antiguo dueño, en una caja de cartón junto a su madre y hermanos. Cuando llegó a su nuevo hogar estaba desnutrida y en mal estado; el sol y la lluvia que había soportado por tantos días enfermaron su piel.

 

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Aunque Yeka hoy es una perra sana física y emocionalmente –gracias a los cuidados de sus dueñas responsables–, no todos los perros abandonados corren con la misma suerte, y pueden pasar varios años en la calle.

Puede que no estés consciente de ello, pero tú podrías ser en parte responsable de la difícil situación que viven los perros callejeros. Y no necesariamente tuviste que haber abandonado a una mascota para contribuir al problema.

Mira cuáles son las causas más usuales que hacen que un perro termine en las calles:

  1. Sin correa, sin supervisión. Muchos dueños creen que al dejar que sus perros ronden las calles sin supervisión durante el día estos son libres para socializar y ejercitarse. Pero mientras están fuera, pueden reproducirse. Es frecuente que cuando una perra queda embarazada, los dueños no sepan qué hacer con la nueva camada –que  puede ser de 2 y hasta de 12 cachorros– y decidan abandonarlos. Si la perra es de la calle, la camada también lo será.
  2. Compras impulsivas.  Un cachorro significa un compromiso de 10 a 15 años, y no todas las personas toman esto en cuenta al adquirir uno o regalárselo a alguien más. 
  3. Abandono. Muchos perros terminan en las calles pues se enfermaron, crecieron mucho, o envejecieron, y sus dueños ya no pueden o no quieren cuidarlos.
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¿Cómo vive un perro en la calle?

Los perros callejeros no son un problema en sí. El verdadero inconveniente es cuando hay una mala relación entre los perros y los humanos.

Además de estar a la merced del sol, la lluvia y el frío de las noches, un perro callejero pasa hambre y sed al no tener un plato de comida y agua limpia disponibles. Está expuesto a enfermedades, al maltrato por las personas, a causar o ser víctima de accidentes...

Los pocos años que logra vivir, los pasa desprotegido y en mucho sufrimiento. Y si no está castrado, traerá al mundo a más cachorros que muy posiblemente vivirán en las mismas condiciones.

¡Sé parte de la solución!

Sigue estos consejos y evita contribuir al sufrimiento de los perros callejeros:

  1. Sé un dueño responsable. No dejes a tu perro deambular por la calle; si está afuera, debe estar con correa y bajo tu supervisión. Recuerda castrarlo y tener sus vacunas al día.
  2. No adquieras un perro si no estás listo para asumir la responsabilidad. Tampoco regales uno si no puedes asegurar que tendrá un buen futuro con sus nuevos dueños. Tener una mascota debe ser una decisión planificada y tomada en familia.
  3. Si adquieres un perro, debes asegurarte de que se acoplará a tu estilo de vida, en cuanto a tamaño y nivel de actividad. Recuerda que los cachorros crecen, y al envejecer, se vuelven menos activos.

En World Animal Protection movemos al mundo para que los países controlen las poblaciones de perros callejeros de manera humanitaria, garantizando el bienestar de los animales. Conoce más sobre nuestro trabajo con animales en comunidades.

Los perros callejeros no son un problema en sí. El verdadero inconveniente es cuando hay una mala relación entre los perros y los humanos.