No debemos olvidarnos de los animales cuando ocurren desastres naturales

Hace ocho años, justo antes de las 5 pm. del 12 de enero, los perros comenzaron a ladrar frenéticamente en todo Haití. Segundos más tarde, la tierra se estremeció cuando un terremoto masivo desató su tremendo poder matando a más de 240,000 personas. Tal pérdida masiva de vidas fue desgarradora e incomprensible. El terremoto causó una devastación catastrófica en la ciudad capital, Puerto Príncipe. Millones de personas perdieron sus hogares y su forma de vida en un país que ya era el más pobre de América.

Las agencias humanitarias internacionales y los gobiernos enviaron rápidamente ayuda humanitaria al país, pero el gobierno haitiano también necesitó ayuda para los miles de animales en la isla que resultaron heridos y murieron. Solo 72 horas después de que la isla fue sacudida violentamente, los veterinarios de World Animal Protection estaban en la zona.

Mirando por la ventana mientras volaba hacia Puerto Príncipe, nuestros veterinarios experimentados pudieron ver la devastación catastrófica que la isla había sufrido. Sabían que sería la misión más difícil en la que se habían embarcado. Tan pronto como las ruedas aterrizaron, la prioridad fue establecer clínicas veterinarias móviles para brindar alivio a los animales mutilados y heridos que sufrieron las consecuencias del terremoto.

Las clínicas móviles corrieron de un sitio a otro, meticulosamente tratando de llegar a la mayor cantidad de animales posible. Para que los haitianos supieran que la ayuda estaba en camino hacia sus animales, el equipo ideó una solución innovadora: el día antes de llegar a una aldea, uno de ellos conduciría por las carreteras precarias gritando mensajes a través de un megáfono: no muy alta tecnología, pero efectiva. Cada mañana se formaba una larga fila de personas con gatos, perros, cerdos, ganado, caballos y cabras.

Rápidamente se hizo evidente que sería imposible para una organización ayudar a una cantidad tan grande de animales, por lo que colaboramos con otras veinte organizaciones de bienestar animal para formar la Coalición de Ayuda Animal para Haití (ARCH). Esto nos permitió agrupar recursos para maximizar la cantidad de animales que podríamos ayudar. Trabajando a toda máquina, se trataron 70,000 animales, muchos de los cuales sin duda habrían muerto sin la ayuda que recibieron.

En 2010, la mayoría de los animales de Haití nunca habían visto a un veterinario, las vacunas eran escasas y la falta de refrigeración destruía las vacunas disponibles anteriormente. La rabia y el ántrax eran solo dos de las enfermedades que eran vitales para controlar, para detener su propagación a la población humana.

Salvar vidas fue la prioridad inmediata hace ocho años, pero también ayudamos a Haití a prepararse para la rehabilitación a largo plazo de animales y trabajamos junto con el gobierno haitiano y veterinarios para ofrecer una mejor vida a los animales de Haití mucho después de que todas las organizaciones de ayuda se hubieran ido. Haití está mucho mejor preparado para cuidar a sus animales cuando ocurre un desastre nuevamente.

Mil millones de las personas más pobres del mundo, incluidos muchos haitianos, dependen de sus animales para la alimentación, el transporte y su sustento. Como resultado de nuestro trabajo, los gobiernos han empezado a comprender la importancia crucial que tiene proteger a los animales para ayudar a su gente antes de que ocurra un terremoto, una inundación, un huracán o una sequía. Hemos trabajado con muchos de ellos para instalar refugios resistentes a tifones y otras soluciones de prevención y preparación que hemos desarrollado a lo largo de los años para animales de granja que disminuyen el sufrimiento animal en un desastre y aumentan la capacidad de una comunidad para asegurar sus medios de vida futuros.

Cinco años después del terremoto de Haití, también pudimos asegurar un acuerdo histórico de los Estados Miembros de las Naciones Unidas para medir el impacto en los animales en desastres como parte de su Reducción del Riesgo de Desastres. Esto significará que más animales estarán mejor protegidos de la madre naturaleza, lo que a su vez protegerá el bienestar y la supervivencia económica de las comunidades en zonas peligrosas de todo el mundo.

12 de enero de 2010 fue uno de los días más mortales en la historia del mundo. El 2017 trajo aún más destrucción y caos al Caribe después de que el huracán  se estrelló en las islas. Con la frecuencia y la intensidad de los desastres que aumentan debido al cambio climático, es absolutamente crítico que los gobiernos en zonas de peligro continúen haciendo más para prepararse para lo inevitable asegurando la protección de los animales en sus planes nacionales de emergencia.

World Animal Protection está trabajando en este tema de vida o muerte con países de todo el mundo como una cuestión de urgencia. Tantas personas en tantos países dependen de sus animales para su propia supervivencia.

Para obtener más información sobre el trabajo de World Animal Protection en zonas de desastre, haz clic aquí 

Con la frecuencia y la intensidad de los desastres aumentan debido al cambio climático, es absolutamente crítico que los gobiernos en zonas de peligro continúen haciendo más para prepararse para lo inevitable, asegurando la protección de los animales en sus planes nacionales de emergencia.