Estamos trabajando para ayudar a 70,000 animales después del huracán Otto en Costa Rica
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Nuestro equipo de respuesta de desastres se desplegó a las regiones afectadas el viernes (25 de noviembre), un día después del huracán. Dimos alimentación de emergencia y atención veterinaria para el ganado, cerdos, perros y gatos
La gente y los animales, especialmente en las tierras agrícolas, están afectados por la lluvia, las inundaciones, el viento y los deslizamientos de tierra causados por el huracán Otto, que azotó el país centroamericano el jueves 24 de noviembre.
Durante esta respuesta inicial, estamos ayudando a 1.500 cabezas de ganado, 300 cerdos, 900 perros y 200 gatos en las regiones afectadas de Upala y Bagaces. También establecimos una clínica móvil durante el fin de semana para ayudar a los animales heridos y hambrientos.
Las familias en el camino del huracán Otto dependen del ganado para subsistir, y muchos también tienen animales domésticos, así que era importante que llegáramos a los animales afectados lo antes posible.
"La pérdida de animales tiene un impacto social y económico significativo en las personas, especialmente en las personas con menos recursos y en las áreas rurales", dijo Juan Carlos Murillo, nuestro gerente de respuesta a desastres.
Trabajando para proteger a 70.000 animales
El huracán puso a los animales en riesgo de trauma, lesiones y ahogamiento. Los sobrevivientes son vulnerables a enfermedades, parásitos e infecciones bacterianas.
Estamos coordinando con la Comisión Nacional de Emergencia, el Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA) y otras organizaciones de expertos para brindar más ayuda a los animales y a sus familias en los próximos días. Nuestro objetivo es llegar a 70.000 animales allí.
Además de los animales costarricenses, también estamos hablando con contactos en Nicaragua y Panamá para monitorear las necesidades de sus animales que también pueden ser afectados por el huracán Otto.
Descubre más sobre el trabajo que hacemos para proteger a los animales en desastres
Los animales son una fuente crítica de sustento y la pérdida de animales tiene un impacto social y económico significativo en las personas, especialmente en las personas con menores recursos y en las zonas rurales.