Climate change and factory farming

Granjas industriales: responsables directos de la crisis climática

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En el marco de la COP26, los gobiernos deben actuar para acabar con la producción intensiva, conocida como granjas industriales, para así hacer frente al cambio climático, proteger hábitats valiosos, y salvar a miles de millones de animales de granja de una vida de sufrimiento.

Con el impacto climático de las mayores empresas cárnicas y lácteas que ahora supera al de varias naciones desarrolladasno hay mayor amenaza para el futuro de nuestro planeta que la expansión de las granjas industriales.

La producción intensiva casi siempre se pasa por alto como culpable de la crisis climática dentro del sector agrícola. Sin embargo, son las granjas industriales las que impulsan la destrucción de los bosques, siembran cultivos para alimentar a miles de millones de animales de granja que sufren, y son también las que están destruyendo los hogares de miles de millones de animales silvestres.

Demanda en crecimiento

Los combustibles fósiles se utilizan para producir fertilizantes para la alimentación animal de granjas industriales. Y cuando se aplican a los campos, estos fertilizantes liberan a la atmósfera gases de efecto invernadero de óxido nitroso dañinos. En general, los gases de efecto invernadero de la producción y el procesamiento de piensos para animales de granjas industriales representan el 45% del total de las emisiones del sector agrícola.

Y esta huella está destinada a crecer. La demanda de carne está aumentando rápidamente, allanando el camino para una mayor expansión de las granjas industriales. En 1970, la producción mundial de carne de res era aproximadamente la misma que la de pollo y cerdo combinados. Con el crecimiento de la cría intensiva, se espera que las especies de cría intensiva (pollo y cerdo) se produzcan a niveles que tripliquen los de la carne de res para el año 2050.

Esto no solo significa un mayor impacto climático, significa miles de millones más de animales de granja condenados a vidas de sufrimiento. En las granjas industriales, los animales son a menudo encerrados en jaulas y dolorosamente mutilados. Son tratados como meros productos y no como los seres sintientes, inteligentes y sociales que son.

Climate Crisis

Para evitar que los animales se enfermen producto de estas condiciones crueles, se les administran antibióticos de forma sistemática en el alimento o el agua. Esa es una práctica arriesgada, que crea el entorno ideal para que surjan superbacterias y pasen a los humanos a través de la cadena alimentaria o el entorno.

Es momento de tomar acción

Si las personas tomadoras de decisión política en la COP26 quieren ser realistas sobre la crisis climática, la producción intensiva debe estar directamente en la mira.

Los grandes volúmenes de carne que las granjas industriales venden a precios bajos se basan en una paradoja. La seguridad alimentaria se ve socavada a medida que el uso de la tierra se desvía para cultivar alimentos para los animales de granja en lugar de ser usados para los humanos.

En 50 años, la producción de soya ha crecido al doble de la tasa de crecimiento de la población humana. Más de las tres cuartas partes (77%) de la soya mundial se utiliza para alimentar animales de granja, no se utiliza para la alimentación humana. Los agricultores locales están atrapados en un comercio mundial impulsado por las ganancias de cultivos básicos para granjas industriales, lo que significa que las comunidades locales pasan hambre.

La producción intensiva agrava la crisis climática y los pequeños agricultores sienten los impactos climáticos de manera desproporcionada. El clima adverso hace que pierdan sus cosechas o que su ganado sucumba a las enfermedades. Los animales silvestres sufren muertes agonizantes por sequías, inundaciones e incendios con mayor frecuencia y gravedad. Los animales son menos resistentes a las enfermedades y la destrucción de hábitats por la expansión de la producción animal, lo que aumenta el riesgo de propagación de enfermedades de los animales a los humanos. Existe un gran riesgo de que la cría intensiva pueda desencadenar la próxima pandemia.

Los grandes negocios están fallando

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Las grandes empresas de granjas industriales están haciendo todo lo posible para cubrir sus grietas con un rápido aumento en el número de compromisos "neutrales en carbono". Esto incluye la promesa de reducir la intensidad de las emisiones de las prácticas habituales a través de avances tecnológicos, como el cambio de formulaciones de alimentos para animales. Pero los pequeños ajustes para reducir las emisiones no serán suficientes mientras la producción de carne en general continúe creciendo drásticamente. No hay forma de eludir la gran emisión de carbono de las granjas industriales, incluyendo su dependencia del comercio mundial de alimentos para animales.

Las empresas también están comprando una salida a sus obligaciones calculando sus impactos climáticos y pagando para "compensar" el daño a través de esquemas que eliminan el carbono de la atmósfera, como la plantación de árboles. Esto es nada menos que un lavado de imagen verde (Greenwashing en inglés), y la ironía máxima es que al usar gran parte de la tierra para producir alimentos para los animales de granjas industriales, queda poca tierra para reforestar.

Está claro que la producción intensiva está ganando mientras nuestro clima y la vida silvestre sufren. Las aves de corral de granja ahora representan el 71% de todas las especies de aves en masa, mientras que las aves silvestres representan solo el 29% del total de especies de aves en masa.

¿Qué pueden hacer los gobiernos?

Se necesita una transformación de nuestro sistema alimentario, por el bien de nuestro clima y nuestro planeta. 

Los gobiernos deben:

  • Comprometerse a definir una moratoria a las granjas industriales. Es decir, rechazar los planes de nuevas granjas industriales para limitar su expansión.
  • Garantizar que las regulaciones gubernamentales hagan que las granjas industriales reparen sus numerosos daños: al clima, el medio ambiente y nuestra salud.
  • Cambiar los subsidios e incentivos para que apoyen un sistema alimentario sostenible predominantemente basado en plantas y un sector ganadero diversificado con menor cantidad de animales en general.
  • Abordar los grandes monopolios agrícolas, y garantizar el acceso a proteínas nutritivas y asequibles para todos, incluidos los de los países de bajos ingresos.

Si actuamos ahora para acabar con las granjas industriales, podemos hacer un cambio positivo para nuestro clima, proteger hábitats preciosos, apoyar a las comunidades locales y liberar a miles de millones de animales de una vida de crueldad y dolor.

Puedes elegir no apoyar las crueles granjas industriales incorporando más proteína de origen vegetal en tu dieta y reduciendo la ingesta de carne y lácteos. ¿Te unes?

Me uno

Pequeños cambios para reducir las emisiones no serán suficientes mientras la producción de carne continúe creciendo drásticamente a nivel global