Un grupo de guacamayas rojas cautivas en una jaula.

Comercio de animales silvestres – Especies mexicanas son el blanco de esta cruel actividad

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Cada año, millones de animales silvestres como aves, mamíferos, peces, anfibios y reptiles son comercializados como mascotas exóticas alrededor del mundo. México, considerado uno de los países más diversos del planeta por su rica biodiversidad, no se escapa de esta industria que explota de manera cruel la vida silvestre.

Ya sea capturados en la naturaleza o criados en cautiverio, los animales silvestres sufren en cada una de las etapas de su comercialización. Se les retira de su hábitat natural, se les transporta en condiciones terribles por largas distancias, muchos mueren antes de llegar a los sitios de venta, y aquellos que sobreviven les espera una vida entera en cautiverio limitando totalmente sus necesidades de bienestar.

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Legal o ilegal, el sufrimiento continúa

El comercio de los animales silvestres no solo ocurre de manera ilegal o en el tráfico, algunas especies son comercializadas de manera legal, pero esto no significa que su recorrido hasta convertirse en “mascota” sea menos cruel. 

Dentro del comercio legalizado, varias especies nativas y foráneas salen y entran del territorio mexicano, siendo muchas más las especies importadas que las exportadas. Por ejemplo, México reportó la salida de al menos 282 tortugas de Tamaulipas (Gopherus berlandieri) y 179 tortugas blancas (Dermatemys mawii ) en los últimos 5 años, principalmente para países asiáticos, Europa y Estados Unidos. Aunque los números no parecen altos y se reporta que son criados en cautiverio, se trata de especies en categorías de riesgo, la primera como amenazada y la segunda en peligro de extinción. 

¿Y qué ingresa a México?

Cuando hablamos de importaciones, los números cambian bastante, y pasamos a decenas de miles de reptiles y aves exóticas siendo importados, principalmente para usarlas como mascotas. Entre 2014 y 2018 más de 40 mil iguanas iguana verdes (Iguana iguana) fueron importadas de granjas de El Salvador. Otro ejemplo es la falsa tortuga mapa o tortuga de Mississippi (Graptemys pseudogeographica) donde más de 30,000 fueron colectadas en la naturaleza en Estados Unidos y traídas a México. 

Con respecto a las aves, México reportó la entrada de más de 34,000 pericos inseparables, entre inseparables cabecinegro (Agapornis personatus) y de Fischer (Agapornis fischeri), todos provenientes de la cría en cautiverio en Cuba, sin embargo, son especies originarias de África. 

Todos los ejemplos anteriores son especies que requieren permisos de exportación o importación porque su comercio internacional está regulado por CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres).  Si las especies con regulaciones internacionales aún enfrentan grandes desafíos para comprobar la veracidad de su origen (y evitar el lavado de especies en la cría comercial), la situación para aquellas fuera de CITES es aún más preocupante. 

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¿Cómo está la situación del tráfico en México, cuáles son las especies mexicanas más afectadas?

Desgraciadamente, México por su posición geográfica, su riqueza de especies, su legislación permisiva y sus desafíos ambientales, continúa padeciendo este mal que moviliza grandes cantidades de dinero y coloca la sobrevivencia de las especies en riesgo, cumpliendo un papel de país proveedor de animales, sitio de tránsito y destino final de especies blanco del comercio ilegal. 

Según datos de aseguramientos de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), considerando el número de individuos o frecuencia de los ilícitos, dentro de las especies mexicanas más traficadas se encuentran aves psitácidas como el loro cabeza amarilla (Amazona oratrix), el perico frente-naranja (Eupsittula canicularis), y las guacamayas rojas (Ara macao) y verdes (Ara militaris). Según investigaciones por grupos mexicanos, hasta un 75% de los loros traficados muere antes de llegar a su destino final. 

Otras aves víctimas del tráfico son las aves rapaces como el halcón de Harris (Parabuteo unicinctus) y la aguililla cola roja (Buteo jamaicensis), junto con otras aves como tucanes y paseriformes. 

Los reptiles también son víctimas de tráfico. México ocupa la segunda posición a nivel mundial por el número de especies de reptiles que alberga. Algunas de las especies afectadas incluyen los cocodrilos (Crocodylus acutus, y Crocodylus moreletii), iguanas, tortugas del género Kinosternon, y algunas serpientes como las boas. En mayo de 2020, en el aeropuerto de la Ciudad de México se decomisaron 15,053 tortugas de diversas especies que estaban en un cargamento que se dirigía a China, para el momento del decomiso 260 tortugas habían muerto. 

Con respecto a los mamíferos, los primates y grandes felinos son un blanco importante. El mono araña, por ejemplo, catalogado como especie en peligro de extinción, es también la especie de primate más comercializada ilegalmente como mascota en México.

Con respecto a los felinos, se puede citar el caso del jaguar, que aparte de la presión que sufre por la pérdida del hábitat es victima de coleccionadores de animales que lo mantienen como mascota, y en la última década enfrenta una nueva amenaza por el uso de sus partes en la medicina tradicional. 

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¿Cuáles son las consecuencias a las que nos enfrentamos?

El comercio de los animales silvestres genera un inmenso sufrimiento, una alta mortalidad de especímenes, amenaza la conservación de las especies en su hábitat, empobrece los ecosistemas, y también representa una real amenaza para nuestra seguridad y salud pública. 

Investigaciones alrededor del mundo sugieren que la pandemia de COVID-19 tiene como origen un mercado donde se venden animales silvestres en la ciudad de Wuhan, China. Si tomamos en cuenta que aproximadamente un 70% de las enfermedades infecciosas emergentes tienen vínculo con la vida silvestre, estamos en un momento crítico para reflexionar en cómo nos relacionamos con la vida silvestre. 

Otro riesgo importante es el mantener como “mascotas” a especies potencialmente peligrosas, como grandes felinos o serpientes venenosas. Son varios los casos donde sus tutores o familiares han sido víctimas de terribles ataques, lo que demuestra que es totalmente inaceptable mantener este tipo de animales en nuestras casas. 

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¿Qué podemos hacer para frenar el comercio de animales silvestres?

  1. No compres un animal silvestre como mascota o con otro propósito, si la demanda acaba el comercio también. 
  2. Si ya tienes un animal silvestre en casa, el consejo más importante es NUNCA ABANDONAR ESE ANIMAL, buscar asesoría veterinaria especializada, tratar de ofrecer los mejores cuidados, y no adquieras un nuevo animal.
  3. No des “me gusta” o “compartir” a fotos de animales silvestres que sean “mascotizados”. Las redes sociales y las plataformas online son responsables por generar aceptación del comercio de animales silvestres y facilitan el acceso a las especies.
  4. Comparte con amigos y familiares esta información.

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