
Sin importar de dónde provino el coronavirus, el comercio de vida silvestre es una amenaza para la salud humana y debe detenerse
Dr. Neil D’Cruze - Jefe Global de Investigación de Vida Silvestre
La desinformación y las teorías de conspiración están socavando la respuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) al brote de coronavirus. Con el número de muertes ahora superando el del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), epidemia global en 2002/2003, hay constantes especulaciones acerca de dónde se originó el virus.
Hasta ahora los murciélagos, las serpientes y más recientemente el pangolín chino en peligro de extinción, todos animales silvestres comercializados en un mercado de animales vivos en Wuhan, China, han sido catalogados como culpables.
Comprender qué ha causado este brote global es crucial si queremos evitar que vuelva a suceder. Y mientras se desata un debate entre expertos sobre la validez de la evidencia científica que sustenta estas afirmaciones, la especie animal transmisora del virus sin duda se descubrirá pronto. Independientemente de cuál animal sea el causante, la amenaza que representa el comercio de vida silvestre para la salud humana a nivel mundial es muy preocupante.
Para evitar la propagación del coronavirus, la OMS está recomendando "medidas generales de higiene al visitar mercados de animales vivos, mercados mojados o mercados de productos animales, y evitar el consumo de productos animales crudos y poco cocidos".1 Esto debido a que se estima que más del 70% de las infecciones emergentes en humanos provienen de animales, particularmente animales silvestres.
La mayoría de las personas probablemente no se sorprendería si supiera que el comercio ilegal de vida silvestre implica una higiene deficiente e innumerables animales enfermos o muertos que pueden suponer un riesgo para la salud humana. Pero estos problemas también son muy comunes en el comercio legal de vida silvestre, y la falta de medidas adecuadas de bioseguridad es una problemática recurrente. Esas precauciones deben ser primordiales para prevenir la propagación de enfermedades.
Un descubrimiento reciente de más de 300 loros muertos en las mediaciones de una propiedad del ex vicepresidente de la Asociación de Criadores de Loros de Sudáfrica (PASA por sus siglas en inglés) mostró "condiciones sucias y parasitarias". El evento fue descrito por las autoridades como "una escena horrible"2 y lamentablemente es un caso perturbador.
Aunque este es claramente un caso extremo de negligencia, la realidad de la situación es que mantener un gran número de animales muy cerca unos de otros y en malas condiciones de bienestar animal, todo en nombre de la ganancia monetaria, representa una amenaza riesgosa e innecesaria para la salud de los humanos.
Sin duda, esta es la razón por la cual China ha tomado la admirable y valiente decisión de imponer una prohibición temporal a nivel nacional de todo el comercio de vida silvestre. Es crítico que este sea un enfoque general, independientemente de la especie en cuestión, de si son crías silvestres o en cautiverio, para qué se utilizarán o dónde se venderán. La amenaza es real.
Entonces, mientras esperamos a que los científicos confirmen la fuente del brote de coronavirus, debemos estar alertas y tomar medidas. No importa cuál animal (si lo hay) se determine como el causante, una prohibición permanente del comercio de vida silvestre en China y otros condados de todo el mundo es lógicamente la única forma a prueba de errores para ayudar a prevenir que otros brotes como el coronavirus surjan en el futuro. Esto no solo ayudará a evitar que los animales sufran innecesariamente, sino que también detendrá el aumento de la cifra de muertes humanas.
1https://www.who.int/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public