Vaca se alimenta de pasto.

¿Con comida, agua y abrigo basta?

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Al igual que los seres humanos, los animales tienen necesidades que van más allá de las físicas

Al final de la década de 1940, el psicólogo humanista norteamericano Abraham Maslow creó la Teoría de las Necesidades Humanas. Él propuso una "jerarquía de necesidades", que consiste en 5 niveles organizados en forma de pirámide.

En la base están las necesidades primarias, aquellas indispensables para la vida – como comer, dormir, beber agua. Luego, más arriba, vienen las secundarias, relacionadas con la seguridad – de salud, de recursos, del cuerpo– y las relaciones sociales. Y en la cima de la pirámide están las necesidades de realización personal y autoestima. 

Ampliamente divulgada por todo el mundo, la Pirámide de Maslow es hoy una importante herramienta para comprender las necesidades inherentes a los seres humanos.

¿Pero estas necesidades podrían también ser atribuidas a los animales?

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Aunque esa sea una pregunta muy anitgua, no fue sino hasta 1964 que se comenzó a discutir seriamente. En ese año, la periodista y veterinaria Ruth Harrison investigó la situación de los animales criados en granjas en Inglaterra. COnsternada con la forma en que los animales eran tratados – "como máquinas de producción"–, Harrison resolvió contarle al mundo de los horrores que había presenciado.

Su libro "Animal Machines" (Máquinas de Animales) causó un gran impacto en la sociedad británica. Presionado por la opinión pública, el Parlamento Inglés creó un comité especial para investigar las alegaciones contenidas en la obra de Harrison. Un año más tarde, reconociendo las dificultades que enfrentan los animales en la agricultura moderna, la misma comisión presentó un informe que propone el concepto de las cinco libertades.

¿Cuáles son las cinco libertades?

Revisado en 2009 por el Consejo de Bienestar de Animales de Granja (FAWC, siglas en Inglés), este concepto define las necesidades básicas de los animales –, así como la pirámide de Maslow lo hace para los humanos. Ellas son:

  • Libertad de hambre y la sed
    • Con el acceso a alimentos y agua suficientes para mantener su salud y vigor.
  • Libertad de la incomodidad
    • Medio ambiente adecuado para la especie en cuestión, con las condiciones y el abrigo adecuados
  • Estar libre de dolor, enfermedades y lesiones
    • Mediante la prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado.
  • Tener la libertad de expresar el comportamiento natural de la especie
    • Suficiente espacio, instalaciones adecuadas y la compañía de otros animales según cada especie
  • Libertad del miedo y el estrés
    • Condiciones y medios que eviten el sufrimiento mental.
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En la actualidad, las cinco libertades se utilizan en todo el mundo para guiar la legislación y para mejorar las condiciones de vida de miles de animales de granja. Además de asegurar sus necesidades básicas, este concepto permite que las necesidades psicológicas también se cumplan.

Por lo tanto, se alcanzan todos los niveles de la pirámide de Maslow.

En la práctica

Un ejemplo del impacto de las cinco libertades en el bienestar animal se puede ver entre las vacas lecheras en confinamiento, un tipo de establecimiento en el que los animales no tienen acceso al exterior.

Aunque gran parte de sus necesidades se cumplen – agua fresca, alimento y refugio – pocas o casi ninguna de sus necesidades mentales se cumplen. En este tipo de crianza, a menudo podemos observar comportamientos anormales, como en la imagen de abajo, donde los animales hacen movimientos de masticación por horas - incluso sin ningún tipo de comida en la boca.

Para que un animal de granja tenga una vida feliz, todos los requisitos deben cumplirse – no sólo la base de la pirámide. Cuando  se ofrecen las condiciones adecuadas de bienestar a los animales, ellos son capaces de expresar sus comportamientos naturales. Y como resultado, pueden disfrutar de una mejor vida.

Cada año, 70 millones de animales en todo el mundo se crían para carne, leche, huevos y otros productos para el consumo humano. Muchos de ellos viven en condiciones de sufrimiento y estrés, y el número seguirá en aumento.

No podemos dar la espalda al problema. Protección Animal Mundial trabaja con los gobiernos, los agricultores y los consumidores para impulsar cambios que mejoran el bienestar y proporcionan una vida mejor para estos animales.